¡NO ABUSES DEL AZÚCAR! YA ERES LO SUFICIENTEMENTE DULCE
Un consumo excesivo de azúcar se traduce en un aumento de grasa en nuestro cuerpo, y es el desencadenante de diversas patologías (diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico…)
Esto no quiere decir que tengamos que erradicar los alimentos dulces de nuestra vida, ya que ¡a nadie le amarga un dulce!, pero hay que evitar abusar del azúcar y de los alimentos que la contienen de forma añadida, convertirlos en un consumo ocasional, y no habitual.
La glucosa es un monosacárido que se encarga de proporcionarnos gran cantidad de energía rápidamente, un chute inmediato de energía para el organismo.
El azúcar de mesa es un disacárido denominado sacarosa, que se encuentra formado por dos monosacáridos: glucosa y fructosa.
Al consumir azúcar, o cualquier alimento que la contenga (pasteles, bollería, flanes, chocolatinas, cereales, panes industriales, yogures, galletas, precocinados…), en nuestro organismo ese azúcar se divide inmediatamente en sus dos monosacáridos: fructosa y glucosa. La glucosa es asimilada rápidamente por nuestro organismo, produciendo una subida de azúcar en sangre (pico de glucemia), lo que se traduce en un chute inmediato de energía.
Si estamos realizando algún tipo de actividad que requiera de esa energía en ese momento, la gastaremos, ¿pero qué ocurre si no la necesitamos y no la gastamos en ese mismo momento? Nuestro organismo necesita disminuir esa concentración de glucosa en sangre, por lo que empieza a segregar insulina, y ese exceso de energía puede tener 2 destinos:
1. Ser almacenada como reserva energética en forma de glucógeno en músculo o hígado.
2. Transformarse en grasa.
Para que se almacene en forma de glucógeno, estas reservas tienen que estar agotadas. Estas reservas de glucógeno hepático o muscular se agotan tras la realización de un ejercicio físico de duración prolongada. Además la capacidad de almacenamiento en ambos es limitada.
Por lo tanto si las reservas de glucógeno hepático y muscular están completas esa glucosa es transformada en grasa directamente.
Por otro lado, al igual que la concentración de glucosa aumenta rápidamente en la sangre, la insulina hace que esta desaparezca también rápidamente, por lo que volvemos a sentir hambre muy pronto y comeremos más.
El consumo de azúcar, al no ser que estemos realizando una actividad en la que requiramos de una inyección de energía instantánea, o acabemos de realizar un ejercicio físico prolongado en el que hayamos gastado todas nuestras reservas de glucógeno, a lo que nos va a conducir es a acumular grasa en nuestro cuerpo.
No es necesario erradicar todo lo dulce de nuestra dieta, pero si evitar el consumo de azúcar simple y alimentos con azúcares añadidos.
Cuando hablo de azúcar, no es solo el azúcar blanco que os echáis en la taza de café. La miel, azúcar moreno, panela, sirope de agave, jarabe de arce, todo eso TAMBIÉN ES AZÚCAR, NO OS ENGAÑEIS!!!
Nos han querido vender estos productos como sanísimos y que nos aportan infinidad de nutrientes, casi como “superalimentos”, no son más que azúcar con otro nombre.
Es cierto que algunos son menos refinados, o nos pueden aportar algún nutriente, pero en cantidades MÍNIMAS, y a la hora de consumirlos, los efectos en nuestro organismo son exactamente los mismos que con el azúcar blanco. Estaríamos hablando de las ya conocidas CALORÍAS VACÍAS, simplemente nos aportan energía sin NINGÚN NUTRIENTE.
Tener mucho cuidado con lo que compréis, acostumbraros a leer el etiquetado!!! Alucinaríais con la cantidad de alimentos a los que se les añade azúcar, no sólo dulces. Podemos encontrar azúcar en panes, galletas saladas, cereales, fiambres, snacks, yogures, pizzas, precocinados….Y mucho ojo con los productos light!!! Light no quiere decir que no lleve azúcar, son alimentos que al reducirles la grasa, lo que hacen es añadirles azúcar para hacerlos más palatables.
Si al mirar la lista de ingredientes de un alimento os encontráis azúcar, o alguno de estos nombres: dextrosa, sacarosa, fructosa, glucosa, jarabe de, sirope de, o miel, OJITO!!! MEJOR NO LO COMPREIS Y OS AHORRAIS ESE DINERO PARA UN ALIMENTO MAS SANO, vuestra salud os lo agradecerá.
¡Tranquilos, esto no es el fin del mundo ni de los dulces!!! No es lo mismo el azúcar añadido, que el azúcar de por sí presente en un alimento de forma natural!
Tenemos las FRUTAS con las cuales podemos disfrutar de ese sabor dulce a la vez que nos aportan fibra y nutrientes.
Las frutas tienen presente un azúcar en su estructura que es la fructosa. Al estar de manera natural, éste se encuentra atrapado en su estructura. Al consumirla la liberación de este azúcar será más lenta y no producirá esos picos de glucemia en sangre. Por esto, y por su aporte de fibra, la sensación de saciedad también será mayor.
Pero cuidado, LOS ZUMOS NO VALEN!!!! Los zumos, al fin y al cabo, son solo el agua y el azúcar de la fruta. Le estamos quitando toda la fibra, por lo que los resultados en nuestro organismo serán los mismos que con el azúcar blanco (picos de glucemia e insulina).
Por tanto cuidarse y llevar una buena alimentación no significa que dejes de disfrutar, ¡hay vida más allá del azúcar, y hay postres, desayunos y meriendas más allá del azúcar!
Estas son algunas opciones:
-Batidos de fruta con leche o yogur natural
-Yogur natural con trozos de fruta, o fruta deshidratada (pasas, orejones, dátiles)
-Batido de leche con cacao puro y plátano
-Yogur natural con frutos secos y canela
-Yogur natural con cacao puro en polvo y frutos secos
-Plátano con una onza de chocolate negro
-Pan integral con rodajas de fruta y queso fresco
-Pan integral con crema de cacahuete y rodajas de fruta
-Hacer los bizcochos caseros, ir reduciendo poco a poco la cantidad de azúcar utilizada, sustituyéndola por fruta (plátano, manzana), o frutas deshidratadas (orejones, pasas, dátiles, arándanos…)
-Sustituir los cerreales procesados por copos (avena, muesli) mezclados con fruta natural.
¡VUESTRA SALUD OS LO AGRADECERA, DE VERDAD!